lunes, 25 de julio de 2011

Poemas de Méjico


Temprano fantasma


Estos días azules
y este sol de la infancia
se estiran en la negación
de la serenidad y la existencia.

Vas pecando por los
jardines
y cuentan que te cubre
una tristeza indescifrable
que pareces agua turbia
enfriando la plantas en el balcón

No te ha quedado mucho
nadie vio cuando te comenzaste a ir
como si te hubieras deslizado
debajo de algún silencio

Siempre con el cenicero
encendido o roto
llevando la mirada en un
pañuelo sin perlas
sólo pequeñas partes
de los caparazones nuestros

Esta vez fuiste más lejos
no pudiste mirar el camino
de todos los ojos sobre ti
ni las luces
ni escuchaste
que atrás la casa se derrumbaba
cantando un bossa nova antiguo

Este momento suena
diferente en tu boca

No es cierto que estemos allá
tal vez el espacio importa muy poco
cuando viajas ligero
andando para encontrar de dónde
partir con fascinación y con prisa

Aún pienso que fuiste a buscar
algo que no estaba a la venta
no te bastó acabar en tu
propio abrazo
y tus pies se quedaron suspendidos
arrebatando la dureza de los recuerdos
con cada sonido y con cada paso
que se aleja


Gerardo Cárdenas Robles (Chihuahua)



Realidad Fugaz

Estos días azules y este sol de la infancia,
albores de mañana con talantes rocíos,
recuerdos e imágenes son la propia estancia,
del temporal irreverente del pasado mío.

Todo parece tan diferente desde aquel entonces,
el camino se ha perdido y quizá quiera consejo;
la vida se aclara estando tan cerca de todo
pero tan alejada de nada. Mi vida hoy dejo.

En algún lado quedaron todos los dolores pasados,
el mañana nunca existió, me quedo con el presente;
el futuro de mi historia por fin se ha encontrado,
al andar del paso, sé que nunca estuve ausente.

Reconocer al temor no fue lo único que cambió,
el alma recuperada pronto, muy pronto se hastió;
a veces siendo un sueño, a veces queriendo serlo;
días azules y un sol que a mi infancia abrazó.

Y la esperanza no se apagó, tal vez es un error,
todo siempre fue tan límpido, tan transparente,
augurios de inspiración que vieron la luz de sol;
se aclara el camino: ¡Espera que soy yo!

Tan simple y llano de los recuerdos vivientes,
se respira percepción de realidad incongruente;
agua clara, aire fresco y naturaleza encinta;
soledad acompañada de mi realidad extinta.

Inacabado mi verso como mi vida fue;
dilucidada prosa que en un sueño se formó;
inocencia que el tiempo por fin cedió.
Remembranzas que me obligaron a volver.

Ayer. Un par de copas de vino en Madrid
y un poco de clericot en la París;
hoy saqué a descorche mi mejor saco gris
y en mi boca un anuente...tenue olor a anís.

Humberto Ortega (Oaxaca)



DIA DE BODA

Estos días azules y este sol de la infancia

Gritando las mil campanadas

Con notas o figuras

Lechosas y morenas.

Moradores en la partitura

De la felicidad.

“Son marido y mujer”

Golondrinas a la brisa

Formando aros de alegría.

Chispazos con fragancia

Del paraíso celeste que reía.

“Besad puede usted a la novia”

Llovizna de plumajes

Azuletes y cobrizos

Regalando tupida alfombra virgen

A los pies de la promesa.

En canastas de posada

Vive el arroz,

Y en cestos de morada

Habita más de una flor.

¡Vivan los bellos novios!

Ojos de rubís, con centellas

De cien gemas.

Esponsales risueños celebrando

Los segundos en cada periquete.

Caminan por el camino

Rodeados por sus brazos.

Alborozados los cortejados

Desvaneciéndose por la tentación

De un afable vino.

Ahora su boda

Hoy sus bocas

Ya su noche.

Culmen frisando la corva de la luna

Y millones de caricias en derroche.

Miradas con luces como rayos

Este es el día de los enamorados


Israel Gayosso Estrada (Chihuahua)


Sequía

Estos días azules y este sol de la infancia,
cuando soñaba con jardines reales
con flores diminutas creciendo en mis manos,
en nuestra mesa siempre estuvo la risa de las frutas
y el verde color de los vegetales.

Cuando era niña

la luna buceaba en el lago que hoy está seco,

es nada más que tierra

y la luna la mira con nostalgia desde lo alto.



Pero antes de ser mujer fui árbol,

bebí lluvia del cielo,

el colibrí tocó a mi puerta

y comí manjares del centro de la tierra.

Antes de ser yo fui pez,

me alimenté de mares y de plancton

entendí el canto de los delfines

y maticé mis mejillas con corales.

Ahora el mar reboza de basura,

de tinta negra que mata a sus crías

y espejismo vacío para las gaviotas.

Antes de ser mujer fui pájaro,

y volaba entre otoño y primavera

rompiendo millas de aire fresco en cada viaje

y jugando con la densidad del viento.

Ahora es la atmósfera una espiral de humo ,

y el calor ha alejado a los cúmulos de lluvia

ya no hay celestes cielos ni azulinas nubes;

el ave con su cuerpo enmohecido

se precipita hacia un féretro de concreto.

Antes de ser yo fui naturaleza pura

sinfonía de flora y fauna

olores salvajes,

colores deslumbrantes,

libertad de aguas claras.

Yo no soy fruto de ningún pecado

ni fui ángel antes de llegar a este mundo

ni la serpiente que halló el conocimiento

Sin embargo,

ahora

soy mujer marchita que escucha

la voz agónica de la tierra.


Lina Zerón (México DF)


ESTOS DÍAS

Estos días azules y este sol de la infancia,
Que me acompañan en cada mirada,
Debo dejarlos prestados en esta nueva alborada.

Por qué viví, sentí, lloré y reí,

Pero hoy encuentro mi dulce destino entre las sabanas de este hospital,

Donde saboreo la cruel realidad y respiro un poco de paz.

Entre mis dedos encuentro el tiempo que disfruté,

Y tristemente en mi reflejo esta aquello que disimulé,

Aquello que me hizo ser.

Esto no es una despedida, no es lo que no fue,

Simplemente es un rincón de mi alma que no busqué,

Un beso enmudecido que jamás conté,

Es un día azul que toda mi vida esperé.

Pero hoy encuentro mi dulce destino entre las sabanas de este hospital,

Que me enseña el desatinado choque con la soledad,

Obligándome a perdonar para reconstruir mi fragancia

Y tomar en mis bolsillos estos días azules y este sol de la infancia.


Lizeth Lozano Tenorio (Veracruz)




LOS ALREDEDORES

Estos días azules y este sol de la infancia

son parte del color del vino.

Se de la importancia de las piedras del rio para

el sabor de las almendras y la guayaba.

De la ubicación del mar mediterráneo

para la armonía de

los insectos y el pasto.

De la brisa, del equinoccio,

de los bosques tropicales donde a vita

la gacela que algo deja de su aliento en las

vallas rojas.

En las uvas cosechadas a mano,

suavemente tratadas

para ser bebidas por tus labios.

Rodrigo Velázquez Solórzano (Granjas Independencia)



No hay comentarios:

Publicar un comentario