Temprano fantasma
Estos días azules
y este sol de la infancia
se estiran en la negación
de la serenidad y la existencia.
Vas pecando por los
jardines
y cuentan que te cubre
una tristeza indescifrable
que pareces agua turbia
enfriando la plantas en el balcón
No te ha quedado mucho
nadie vio cuando te comenzaste a ir
como si te hubieras deslizado
debajo de algún silencio
Siempre con el cenicero
encendido o roto
llevando la mirada en un
pañuelo sin perlas
sólo pequeñas partes
de los caparazones nuestros
Esta vez fuiste más lejos
no pudiste mirar el camino
de todos los ojos sobre ti
ni las luces
ni escuchaste
que atrás la casa se derrumbaba
cantando un bossa nova antiguo
Este momento suena
diferente en tu boca
No es cierto que estemos allá
tal vez el espacio importa muy poco
cuando viajas ligero
andando para encontrar de dónde
partir con fascinación y con prisa
Aún pienso que fuiste a buscar
algo que no estaba a la venta
no te bastó acabar en tu
propio abrazo
y tus pies se quedaron suspendidos
arrebatando la dureza de los recuerdos
con cada sonido y con cada paso
que se aleja
Gerardo Cárdenas Robles (Chihuahua)
Realidad Fugaz
Estos días azules y este sol de la infancia,
albores de mañana con talantes rocíos,
recuerdos e imágenes son la propia estancia,
del temporal irreverente del pasado mío.
Todo parece tan diferente desde aquel entonces,
el camino se ha perdido y quizá quiera consejo;
la vida se aclara estando tan cerca de todo
pero tan alejada de nada. Mi vida hoy dejo.
En algún lado quedaron todos los dolores pasados,
el mañana nunca existió, me quedo con el presente;
el futuro de mi historia por fin se ha encontrado,
al andar del paso, sé que nunca estuve ausente.
Reconocer al temor no fue lo único que cambió,
el alma recuperada pronto, muy pronto se hastió;
a veces siendo un sueño, a veces queriendo serlo;
días azules y un sol que a mi infancia abrazó.
Y la esperanza no se apagó, tal vez es un error,
todo siempre fue tan límpido, tan transparente,
augurios de inspiración que vieron la luz de sol;
se aclara el camino: ¡Espera que soy yo!
Tan simple y llano de los recuerdos vivientes,
se respira percepción de realidad incongruente;
agua clara, aire fresco y naturaleza encinta;
soledad acompañada de mi realidad extinta.
Inacabado mi verso como mi vida fue;
dilucidada prosa que en un sueño se formó;
inocencia que el tiempo por fin cedió.
Remembranzas que me obligaron a volver.
Ayer. Un par de copas de vino en Madrid
y un poco de clericot en
hoy saqué a descorche mi mejor saco gris
y en mi boca un anuente...tenue olor a anís.
Humberto Ortega (Oaxaca)
DIA DE BODA
Estos días azules y este sol de la infancia
Gritando las mil campanadas
Con notas o figuras
Lechosas y morenas.
Moradores en la partitura
De la felicidad.
“Son marido y mujer”
Golondrinas a la brisa
Formando aros de alegría.
Chispazos con fragancia
Del paraíso celeste que reía.
“Besad puede usted a la novia”
Llovizna de plumajes
Azuletes y cobrizos
Regalando tupida alfombra virgen
A los pies de la promesa.
En canastas de posada
Vive el arroz,
Y en cestos de morada
Habita más de una flor.
¡Vivan los bellos novios!
Ojos de rubís, con centellas
De cien gemas.
Esponsales risueños celebrando
Los segundos en cada periquete.
Caminan por el camino
Rodeados por sus brazos.
Alborozados los cortejados
Desvaneciéndose por la tentación
De un afable vino.
Ahora su boda
Hoy sus bocas
Ya su noche.
Culmen frisando la corva de la luna
Y millones de caricias en derroche.
Miradas con luces como rayos
Este es el día de los enamoradosIsrael Gayosso Estrada (Chihuahua)
Sequía
Estos días azules y este sol de la infancia,
cuando soñaba con jardines reales
con flores diminutas creciendo en mis manos,
en nuestra mesa siempre estuvo la risa de las frutas
y el verde color de los vegetales.
Cuando era niña
la luna buceaba en el lago que hoy está seco,
es nada más que tierra
y la luna la mira con nostalgia desde lo alto.
Pero antes de ser mujer fui árbol,
bebí lluvia del cielo,
el colibrí tocó a mi puerta
y comí manjares del centro de la tierra.
Antes de ser yo fui pez,
me alimenté de mares y de plancton
entendí el canto de los delfines
y maticé mis mejillas con corales.
Ahora el mar reboza de basura,
de tinta negra que mata a sus crías
y espejismo vacío para las gaviotas.
Antes de ser mujer fui pájaro,
y volaba entre otoño y primavera
rompiendo millas de aire fresco en cada viaje
y jugando con la densidad del viento.
Ahora es la atmósfera una espiral de humo ,
y el calor ha alejado a los cúmulos de lluvia
ya no hay celestes cielos ni azulinas nubes;
el ave con su cuerpo enmohecido
se precipita hacia un féretro de concreto.
Antes de ser yo fui naturaleza pura
sinfonía de flora y fauna
olores salvajes,
colores deslumbrantes,
libertad de aguas claras.
Yo no soy fruto de ningún pecado
ni fui ángel antes de llegar a este mundo
ni la serpiente que halló el conocimiento
Sin embargo,
ahora
soy mujer marchita que escucha
la voz agónica de la tierra.
Lina Zerón (México DF)
ESTOS DÍAS
Estos días azules y este sol de la infancia,
Que me acompañan en cada mirada,
Debo dejarlos prestados en esta nueva alborada.
Por qué viví, sentí, lloré y reí,
Pero hoy encuentro mi dulce destino entre las sabanas de este hospital,
Donde saboreo la cruel realidad y respiro un poco de paz.
Entre mis dedos encuentro el tiempo que disfruté,
Y tristemente en mi reflejo esta aquello que disimulé,
Aquello que me hizo ser.
Esto no es una despedida, no es lo que no fue,
Simplemente es un rincón de mi alma que no busqué,
Un beso enmudecido que jamás conté,
Es un día azul que toda mi vida esperé.
Pero hoy encuentro mi dulce destino entre las sabanas de este hospital,
Que me enseña el desatinado choque con la soledad,
Obligándome a perdonar para reconstruir mi fragancia
Y tomar en mis bolsillos estos días azules y este sol de la infancia.
Lizeth Lozano Tenorio (Veracruz)
LOS ALREDEDORES
Estos días azules y este sol de la infancia
son parte del color del vino.
Se de la importancia de las piedras del rio para
el sabor de las almendras y la guayaba.
De la ubicación del mar mediterráneo
para la armonía de
los insectos y el pasto.
De la brisa, del equinoccio,
de los bosques tropicales donde a vita
la gacela que algo deja de su aliento en las
vallas rojas.
En las uvas cosechadas a mano,
suavemente tratadas
para ser bebidas por tus labios.
Rodrigo Velázquez Solórzano (Granjas Independencia)
No hay comentarios:
Publicar un comentario