lunes, 25 de julio de 2011

Poemas de Estados Unidos


DÍAS ERRANTES


Estos días azules y este sol de la infancia

me han traído destellos de rondas enzarzadas.

Mi paso acechando las señales de caminos

espinas y rosas, pestilencias, he tenido.

Las lóbregas aceras, sin finales proscritos

y las rancias esquinas, con súplica en sus sitios.

Pesares que consumen, lejanas proveniencias

tumultuosos eventos de raíces no muertas.

Destinos de los míos que lamento en ausencia.

La muerte ya segura de los vivos, que tiemblan.

Y sucumbo ante el aire, sin que un solo suspiro

de mis labios sellados, claustrofobias que vivo.

Debato entonces versos de bardos ya olvidados

en soledad silente, que baja hacia mis manos.

Siento el peso en mis hombros de aquello que sufrieron

incrustarse ahora claros en vacíos que infiero.

Filósofos visito, mi presencia revelo

los manuscritos hurgo, anticipo un encuentro.

De Sócrates , la lógica, de Descartes las dudas

de Nietzsche con recelo tanta crítica insulsa.

Estudio las conquistas, las batallas proféticas,

y sólo hallo las vidas desgarradas, sin metas.

En balance que es caos y aparenta armonía,

entre luces de gracias, entre algunas maestrías.

Estos días azules y este sol de la infancia

no me brinda esplendores, se desplazan en ascuas.

Sabiduría que ansié, conceptos pascalianos

se me toma ahora espesa, con finales errados.

Y allí entre las liras, Prometeo me da el fuego

en el mágico augurio de un roce sin lamento.

Un Nocturno a Camilla, de Chopin que preludia,

o el vals que deshace, un estribillo que arrulla.

Y recuerdo la noche de juventud colmada

cuando mi amante ardiente me miró sin palabras

y un gesto de sus dedos se formó imperceptible

dándome la certeza de las noches sublimes.

Y quizás pienso ahora, sin dragón ni castillo

que un escalón me lleve del sol de infancia, al río,

y me entregue el azul de otro día en esperanza

que el haberlos vivido, es el encanto que abarca.

Ada Bezos Castilla (Maryland)






COSAS QUE NACEN DE MI CUERPO

Estos días azules

y este sol de la infancia

como las serenas hojas de un árbol

temen despertarnos.

Veo borrosa y fiel

esa luz que va en tus ojos

y se disuelve en la palabra

como reptiles de humo.

Pobre del Sol que está lejos

y no sabe las cosas que nombra.

Oscuro es el mar

que concibe la hora

tres días después,

nada fue lo mismo.

Estos días caminan

o descansan bajo tierra.

Hay cosas que nacen de mi cuerpo

pero esos días permanecen

donde la muerte esparce

su pesado olor a sombras.


Yosie Crespo (Miami)



1 comentario: