lunes, 25 de julio de 2011

Poemas de Cuba


: Versos par el eterno caminante

Estos días azules y este sol de la infancia,

lejanos como el agua desbandada del Duero,

envestido en la efigie de andante caballero

te vieron tierra adentro por los campos de Francia.

Perdidas soledades en huertas de Castilla,

habitante de un mundo inicuo, traicionero,

que ha sido luminaria, milagro, misionero,

intrépido grumete de una infancia en Sevilla.

Es tan largo el camino, pasajera la vida,

caminante insólito que a lo duro y adverso

le perpetuó su huella y un sublime destino.

A pesar del dolor, del fuego en la partida,

salvado en la memoria queda el ardiente verso

y vengado serás de este tiempo asesino.

Agustín Ramón Serrano Santiesteban (Holguín)



Rompecabezas.

Estos días azules

y este sol de la infancia

son como un rompecabezas armado

una idea completa, una evidencia

el respeto a cada pieza.

Entonces Francia:

¿donde pongo las dudas

por lo aparente?


Gladys Caridad Álvarez Santos (La Habana)


PLAZA SEVILLA

llévame entre las dulces sustancias

que mueren cada día en tu memoria…

Alejandra Pizarnik

Estos días azules y este sol de la infancia

añoran los trenes en tu memoria

y los olivos recostados en el paisaje

inquebrantable de los pueblos blancos

y sin vanidad

el equilibrio de los sentimientos

indica la lógica amalgama de texturas

sobre los rieles y sus rituales

en la cotidianeidad de un turista

petrificado en los cristales y en los contornos

de la Alhambra

con una mano sin color

en la ventana

y varios puntos que conducen

a sentir la lluvia en el rostro.

Los días pasan y la casa se aferra

a las ramas de la plaza que penetran la habitación

a la voz grave de sus deudores

a los hilos de tu cuerpo enredados en mis manos

la piel suave disfrazada en youtube

complace a los cibernautas

la fobia a los videoclips

me retornan al andén

a mi provincianismo cienfueguero o gaditano

a la fragilidad de la nostalgia en La Habana o Madrid.

Amanecer en la corteza de los edificios

que taladran la mañana

en estéril añoranza de marionetas sin viento

a los suicidas asfixiados en el elevador

y su desesperación por naufragar

a la luz de las gaviotas

no es un intento de escapar a las pantomimas

y al enfado de las almas que vagan en busca

de pretextos para uncirte de inmortalidad.

Añoro la volátil sorpresa y la inocencia

del café vespertino

los versos y el lirismo en los atardeceres

de supervivencia y encuentros selváticos

disidentes en un paisaje que evoca salvar distancias

quizás esta costumbre de soñar viajes en trenes

y recorrer espacios en la memoria

fabrique un sendero por las plazas

y me convierta en uno de sus cómplices


Liosdany Figuera Marante (Cienfuegos)



Necesidad de ti

Estos días azules y este sol de infancia

ni los recuerdos logran aplacar, amainar, calmar

esta necesidad de ti.

Ni mi imaginación,

buscadora insaciable de los desafíos de tu boca

logra separarme de los escalofríos de la soledad.

Ni siquiera el soñar despierto,

me aleja de las inquietantes y amenazadoras

turgencia de tus pechos místicos

Si tú no estás a mi lado,

Por qué ha de haber cielo y estrellas.

Si tu vientre no me adormece ya,

Por qué los campos han de tener flores bellas.

Si tu aliento y jadeo ya no calman mis instintos,

Por qué ha de haber poesía entre los hombres.

Si tu cuerpo tibio y perfumado, ya no yace sobre el mío,

Por qué la Luna le es fiel a la noche

Si solo veo de ti destellos y sombras,

como un lenguaje de remordimientos,

y a ratos, como un loco, me pregunto

¿por qué en la Tierra florecen aún maravillas como tú.?

Palabras para ti

En una oratoria arrullada en una parábola

de frases hechas en cada segundo que te percibo,

que en un alarde de elocuencia arrogante

brotan de mis labios

como un soberbio monumento a tus encantos.

Plegarias no exentas de audacias, misterios y lirismos

que no se contradicen con la realidad

sutilezas sugeridas en tu inusitado colorido sonoro

como un gran emblema de la naturaleza humana

Oraciones escuchadas en silencio

soplo revelador, tal cual promesa

que solo debo cumplir en tu cuerpo

de una costumbre terrenal, refinada y delirante,

en un ser que observa exaltado

por vez primera la salida de la Luna llena.


Ricardo Enrique Gallego Díaz (Sancti Spiritus)


SUCESOS

Estos días azules

y este sol de la infancia

resurgen.

El olor del café

se tiende sobre la cama,

el aroma mi nariz

lo absorbe con ganas

de tenerlo en la sangre

la mañana se abre paso

tan de prisa,

que si no respiras a tiempo

el aire se volatiliza.

Las esporas de los árboles

danzan solas contemplándome,

la piel recibe más

que este sol que brama

las fauces del ruido

de la ciudad me tragan,

los sucesos del día

como cada instante

les doy la espalda.


Sandra Lidia Paz del Rosario (Santiago de Cuba)




Sin Título


Estos días azules y este sol de la infancia

han muerto sin barreras como lo quiso el destino,

perpetuo, ajeno de voluntades

cual molécula destinada a ser pensamiento

o un enigma en la virtud de otros.

Murió Machado una mañana de 1917

por la inalterable fatalidad de las cosas

y una bayoneta que penetró

el costillar de la razón e ignorancia

la verdad, los universos donde él se repite

como una maldición en el borde de la noche.

Murió en el ´45 con la voluntad de un salmo

y la frescura del rocío en párpados apenas visibles

que siglos atrás contemplaron el fuego en Troya

como anticipo de la pólvora y los rostros

que debemos olvidar.

Murió en Bayamo, París, Ginebra

o en cualquier ciudad donde existan letras

que recuerden su nombre

que transgredan la voz

que inmovilicen un atardecer. Ha muerto, sin dudas

para recordarnos que la vida es un círculo, una palabra de Dios,

un verso, la lluvia, el gusano y la seda,

dos cuerpos, el deseo, los vinos,

la ansiedad en el transcurso de lo cotidiano.

Lo mató la noche a sus espaldas

y los rostros del mundo

inclinándose ante él.


Yordanis Domínguez Báez (Granma)

No hay comentarios:

Publicar un comentario